Los colores tienen la capacidad de cambiar el estado de ánimo y las emociones con solo observarlos, muchas veces nos sentimos agobiados o alegres sin ningún motivo aparente, y esto se debe a los colores del entorno. El color es luz y energía que captan nuestros sentidos y que termina estimulando el cerebro en diferentes formas, gracias a las diferentes longitudes de onda que corresponde a cada color.
Que es el color y como lo percibe nuestros ojos
Empecemos por decir que la materia está formada por Quarks y leptones. Los Quarks forman protones y neutrones, y los leptones forman los electrones. Una tercera partícula que transmite una fuerza, que actúa en quarks y leptones son los bosones, los cuales forman por ejemplo el fotón. El sol irradia fotones que contienen rayos cósmicos, rayos gamma, rayos x, ondas de radio, y los rayos ultravioletas e infrarrojos (que contienen mayor longitud de onda). El espacio comprendido entre los rayos ultravioletas e infrarrojos son los detectados por la visión. Entendamos que el fotón es un tipo de bosón de gauge, es un quantum mediador, es una partícula elemental de luz que se propaga en el vacío.
Cuando la luz blanca pura pasa por un prisma o incide con un ángulo de diferente densidad, este se descompone en los colores del arcoíris, que representan distintas longitudes de ondas de luz. Este efecto se ve cuando la luz solar es refractada y dispersada por las gotas de lluvia, produciendo los 7 colores del arcoíris. Los objetos absorben una parte del espectro de esa luz blanca que recibe, y reflejan los demás, el cual es interpretado por la retina del ojo, la cual reconoce las distintas longitudes de onda de luz. Si un átomo absorbe energía de un fotón y tiene más energía que la necesaria, entonces el electrón puede ser expulsado del objeto. Si la energía del fotón es demasiado pequeña, el electrón es incapaz de escapar de la superficie del objeto.
Los fotoreceptores son neuronas especializadas que se encuentran en la retina, y convierten la luz en señales electroquímicas o impulsos nerviosos, que el cerebro transforma en imágenes. Con estos mecanismos reconocemos formas, tamaños y colores. En la retina tenemos dos tipos de células receptoras de la luz: bastones y conos. Los conos nos permiten ver los colores en condiciones de luz, mientras que los bastones son responsables de la visión nocturna y sólo transmiten información con intensidades lumínicas bajas.
En un experimento dirigido por Alipasha Vaziri de la universidad de Rockefeller, sugiere que nuestros ojos son capaces de detectar destellos de luz compuestos por un único fotón. Según Alipasha: «Lo más asombroso es que no es como ver luz. Se trata casi de una sensación, algo situado al borde de la imaginación». En el experimento, 3 hombres estuvieron a obscuras por 40 minutos, que es lo que se tarda el ojo para adaptarse a la obscuridad, y debían decir en qué momento había pasado un fotón. Los 3 participantes participaron en más de 2.400 ensayos de donde se sacaron estas conclusiones.
La percepción de los colores en la mente
La forma en que percibimos las cosas que nos rodean están condicionadas a varios factores. Uno de esos factores es el relativismo lingüístico, en la que dos personas pueden conceptualizar de manera diferente una misma cosa, por efectos cognitivos asociados al vocabulario. El otro factor está relacionado con la atención selectiva, que es la capacidad de centrar nuestra atención en determinadas partes, ignorando las demás.
Esto se puede ver tomando como ejemplo el color azul. Se sabe que en la antigüedad no distinguían el color azul, y que incluso hay tribus como la Himba en Namibia que continúan sin distinguir el azul; pero a cambio reconocen más tonalidades de color verde que cualquiera. Los únicos que reconocían el azul, eran los egipcios, los cuales fueron capaces de desarrollar el primer pigmento sintético en azul.
En la antigüedad la forma de vestir y decorar era con colores muy básicos, grisáceos. Hasta hace solo unos años todos los electrodomésticos y muebles venían en una gama de colores negros y grises. Hoy en día gracias a la capacidad de desarrollar nuevos colores, podemos descubrir y disfrutar de una gran variedad de colores que nos estimulan de distintas formas. Por eso si usted quiere llamar la atención y hacer sus productos y publicaciones más atractivas, es importante que combine tonos de color no tradiciones. Una vez establezca los colores que corresponden a su marca, es a partir de él que debe de construir toda su comunicación de ahí en adelante, ya que una vez las personas lo identifican de una manera, no es bueno hacer cambios. Los seres humanos nos resistimos al cambio, gracias a un sesgo cognitivo llamado statu quó.
La forma en que los colores afectan nuestro cerebro
Las longitudes de onda que percibe la retina son transformadas en impulsos eléctricos por los fotoreceptores. Estos impulsos eléctricos llegan al hipotálamo, el cual controla la glándula pituitaria a través de células neurosecretoras. La glándula pituitaria segrega hormonas al torrente sanguíneo y controla diferentes procesos en el organismo. Esto afecta los diferentes órganos y también nuestros diferentes estados de ánimo. De ahí surgieron temas como la cromoterapia y la psicología del color.
Según estudios, las combinaciones de colores pueden tener una influencia directa sobre la presión sanguínea generando efectos estimulantes o relajantes en la persona. En experimentos realizados con reos, al pintar las celdas de colores pasteles, pudieron constatar que se apaciguó la ira y la ansiedad. A medida que el ojo registra diversos matices, la actividad de las ondas cerebrales cambia, ocasionando reacciones químicas en el hipotálamo.
El significado de los colores
En un inicio podemos hacer una división general de los colores entre cálidos y fríos. Los colores cálidos son los que están dentro del espectro rojo: Rojo, Naranja y Amarillo. Estos colores pueden producir alegría o volver a la persona irritable. Los colores Fríos como el Verde, azul y morado, nos pueden hacen sentir tranquilos o tristes.
En estudios realizados por Ravi Mehta y Rui Zhu de la Universidad de Columbia Británica, demostraron que las personas expuestas al color azul, superaron unos test de creatividad y pudieron resolver en menor tiempo unas tareas trazadas. Respecto a las personas expuestas al color rojo, estos obtuvieron mejores resultados en pruebas de atención y memoria. El color rojo ayuda a prestar atención a los detalles, ideal para tareas que requieren precisión como por ejemplo corregir textos.
En estudios realizados por psicólogos de la Universidad de Rochester, demostraron que los colores rojos hacen que hombres y mujeres se vean más atractivos. Según Andrew Elliot, profesor de psicología en la Universidad de Rochester, el rojo hace que los hombres se vean más capaces de ganar dinero y subir de estatus, y esta impresión conduce a que se vean más atractivos. Esto puede estar relacionado a que en culturas antiguas como la china y la romana, el rojo representaba estatus. Si observamos la naturaleza, el rojo representa poder, lo cual se puede ver en los machos alfas, en los cuales, la intensidad del color rojo representa supremacía.
En experimentos realizados con amas de casa, pusieron los mismos ingredientes en un detergente y lo único que le cambiaron fue el color, los cuales eran rosa y azul. En un 80% las mujeres declararon que el detergente de color rosa era más efectivo que el azul. Esto demuestra como el color en nuestros productos pueden determinar la percepción de efectividad por parte del consumidor. Por ejemplo, no es común una sopa de color azul, una bebida de color café tierra. De acuerdo con un estudio de Kissmetrics, “entre el 62% y el 90% de la información que recibimos en los primeros 90 segundos tras ver a una persona o a un objeto se refiere al color”.
Definitivamente el color es un aspecto que debemos dedicar especial atención, dependiendo de las características de nuestro producto y de las funciones que debe realizar.
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