Imagina a un científico, un neurólogo  y un publicista, todos en un solo cuarto con la labor de entender la forma en que trabaja el cerebro frente a los estímulos, eso es el neuromarketing según Jürgen Klaric, un conferencista, investigador y escritor considerando el “gurú” del tema que hablamos a continuación.

El neuromarketing como herramienta para atender las necesidades del cliente.

Klaric parte de la premisa de dar al cerebro, lo que este quieres, explica que hay una gran disonancia entre lo que las personas dicen y lo que piensan, ya que muchas de éstas, tienden a negar gustos que su cerebro parece admitir. Así que menciona que “es más poderosa nuestra mente que nuestra boca”, refiriéndose a que aunque lo neguemos, el cerebro sigue siendo primitivo en el modo de sentir más afinidad por lo suave, lo sencillo, lo claro y amigable que por lo engorroso.

También rescata la idea de que todas las personas, sobre todo dividiéndolas por género sexual, están estructuradas de manera muy distinta, lo que hace que determine hacia donde se inclinan las respuestas de su cerebro frente a un estímulo, lo que genera los conocidos “gustos”.

Jürgen explica que las técnicas del neuromarketing no se basan en manipulación, sino en determinar las carencias presentes en las personas para demandan los productos, bienes o servicios que puedan servir para llenar los espacios de la mente. Así pues, no es un tema de dominio mental, sino de entender a la persona más allá de lo que ella pueda decir, es entenderla basándose en las necesidades que esta pueda sentir.

Además de ser un investigador, Jürgen es un empresario innovador que para reforzar sus búsquedas acerca del neuromarketing, ha creado con su equipo de trabajo, un electroencefalograma modelo 10-20, o más bien, lo ha adaptado. El equipo con el que trabaja Klaric, es una versión mejorada y adaptada para publicidad, de los electroencefalogramas usados para medir el estado de ánimo de los soldados norteamericanos antes de ir a la guerra en Irak.

Jürgen advierte que la versión de las clínicas podía generar cierto estrés en las mujeres. El nuevo dispositivo 10-20 está modificado para que no trabaje con químicos y es muy liviano, esto con el fin de mantener la tranquilidad en la persona a la que se le realiza el estudio.

El objetivo de este aparato, en conjunto con unas gafas especiales, es medir la intencionalidad de compra del cerebro al observar un producto, así como el estado de ánimo que se genera en la mente. Esto es independiente de lo que persona diga, porque como menciona Klaric, no se trata de venderle a la persona, sino a la mente.

Actualmente, solo Jürgen Klaric posee este equipo adaptado para trabajar en neuromarketing  a nivel mundial, con el cual se han analizado más de seis culturas distintas y con un resultado final, todas las culturas reaccionan diferente a los estímulos, es un factor que va arraigado al tipo de crianza del hombre y que puede determinar respuestas diversas entre sociedades frente a un mismo estímulo.

 

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Autor invitado: Angel Dichy
Foto vía: liquene